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Agresividad esconde depresión

Investigadores canadienses descubrieron que la agresividad en el trato con los demás, especialmente por parte de mujeres jóvenes, suele encubrir una depresión. Saber si este problema afecta sus vínculos es el tema de esta nota.

Cuando una mujer está deprimida suele esperar demasiado de los demás, sobre todo de su pareja, y estas expectativas desmedidas son las que la llevan a fraccionar agresivamente en situaciones que no alteran a mujeres no deprimidas” Así lo afirmó el Dr. Scott B. McCabe de b Universidad de Waterloo en Ontario Canadá, luego de realizar un estudio exhaustivo entre cientos de estudiantes universitarias: las que satisfacían los criterios de disforia -una mezcla de ansiedad, depresión e irritabilidad- tenían expectativas mas elevadas sobre sí mismas y sobre los demás en sus relaciones personales en comparación con las mujeres sin estos síntomas.


Cuando la agresividad esconde depresion


Estas expectativas altas parecen explicar porque las mujeres con disforia son más hostiles en sus relaciones interpersonales, según el informe publicado en el Journal of Social and Clinical Psychology.


La depresión puede reconocerse por varios síntomas asociados, a saber:


-Falta de concentración

-Sueño deficiente

-Fatiga

-Irritabilidad


En investigaciones previas, McCabe halló que cuando las mujeres deprimidas trataban de resolver un problema con su esposo, se tornan mas negativas, no así el esposo.



En cambio, las mujeres que no están deprimidas no tienden volverse mas negativas cuando tratan de resolver un problema en su relación, según el investigador.

Esperar que el otro resuelva nuestros problemas, que nos comprenda a la perfección, que atienda todas nuestras necesidades, que -en síntesis- compense nuestras frustraciones y nuestra angustia, puede estar indicando un cuadro de depresión encubierta. Por eso si notamos que algo de esto nos sucede o si los demás nos hacen notar el problema, es bueno consultar con un profesional que haga un diagnóstico certero de lo que nos está pasando y nos ayude a mejorar en el vínculo tanto con los demás como con nosotras mismas.

Lo que las personas deprimidas pueden aprender de la investigación, comentó McCabe, es tratar de reconocer "que sus expectativas con respecto a los demás son, probablemente, excesivas". Asimismo, en las personas que rodean a la gente deprimida, dijo, "es importante reconocer que estos estilos de conducta probablemente sean temporales y el resultado de síntomas de depresión más que características de la personalidad".

La enfermedad de la rabia

La rabia es considerada una emoción negativa, conflictiva y destructiva. También puede ser considerada como positiva y resolutiva o sea puede servir para resolver distintas situaciones. Existen dos posibilidades, transformarla en amiga y aliarse con ella o en enemiga. Esto depende solamente de tu actitud hacia ella.

La bronca está muy relacionada con la frustración. Las personas viven frustrándose, de la mañana a la noche. Quieren algo determinado y no logran obtenerlo. El no cumplimiento de un deseo, cualquiera sea su contenido, frustra y produce rabia.

La clave es cómo te enojas, no importa con quién, sino ver tus propios mecanismos frente a esta emoción.

El primer paso es tomar conciencia de que sienten rabia, o sea no negarla. Esta emoción va acompañada de cambios corporales importantes que son útiles si los saben escuchar. Hay perso­nas que sienten calor, otros dicen que la sangre les corre por el cuerpo, o presión fuerte en el estómago. El reconocimiento de la misma es el requisito básico para aliarse con ella y transformarla en un elemento positivo para mejorar el nivel de vida.

El segundo paso es realizar una acción resolutiva. Cuando se enojan, sube la adrenalina y la noradrenalina en la sangre, por lo tanto se necesita una descarga. Esa descarga puede ser física: saltar, caminar, pegar a un almohadón; o verbal: expresarla a través de palabras. Es importante centrarse en lo que uno siente en ese preciso momento, sin emitir juicios o evaluaciones con respecto a la persona o situación que causa la rabia.


Se puede decir: "Me molesta que llegues tarde", "me duele que pienses eso de mí"," no me gusta que me llames así".


De que se trata la enfermedad de la rabia


Muchas personas se enojan y al no poder expresar lo que sienten, castigan, se vengan, insultan, critican a las personas que les producen dicha emoción y que muchas veces no son conscientes del efecto que causan en el otro.


Para muchas personas la rabia implica dos posibilidades:

1- explotar, insultar, pelearse.

2- reprimirla, guardarla.


Quiero comunicarles que existe otra posibilidad: la autoafirmación.


Existe una diferencia importante entre: "Me molesta que llegues tarde" y "sos un impuntual, irresponsable". Si se focalizan en ustedes, esto ayuda a resolver la situación.


Deben centrase en lo que sienten y no en enjuiciar al otro. Esto tiene un efecto positivo pues informan a la otra persona sobre el resultado que produce su acción o palabras, en ustedes. Es expresar los sentimientos en forma clara y concisa.


Esta técnica de autoafirmación es muy útil pero requiere de práctica. Al principio es difícil por falta de costumbre en su aplicación. Es un tema de ejercitación como cuando se comienza a practicar un deporte nuevo: con el correr del tiempo comienza a ser familiar y no se necesitan grandes esfuerzos.


Las personas que reprimen la rabia pueden enfermar o deprimirse. Cuando la rabia no es exteriorizada queda dentro de la persona y se puede transformar en depresión o permanecer en el cuerpo y transformarse en distintas enfermedades.


Sucede que en la infancia cuando el niño expresa rabia, los adultos lo critican, transmitiéndole que es sinónimo de malo o feo. Así, cada vez que la

siente, no se anima a expresarla, la reprime pues la asocia con algo negativo y no aceptado en el mundo de los adultos.


Las preguntas claves son ¿De qué forma expresan bronca? ¿Descargan o se reprimen? ¿Se animan a decir lo que sienten, con relación a otras perso­nas? ¿Se vengan, descalifican o insultan?


Si se atreven a escucharla es una señal que quiere decir que algo está sucediendo y que pueden aprovecharla para realizar cambios. Depende de ustedes.

Adolescencia y sociedad

Una aproximación psicosocial a lo que es la adolescencia en nuestra cultura actual señala varios hechos:


— La adolescencia se presenta precozmente, respecto de generaciones anteriores.

El estímulo de los medios de comunicación, la mejor información, la influencia de culturas económicamente más poderosas, la nutrición más adecuada y los cuidados médicos masivos efectivos, son responsables parciales de este fenómeno mundial.


— La adolescencia tiene una culminación y un final más tardíos, en comparación con épocas pretéritas.

La necesidad de estudios prolongados, la mayor dependencia financiera de los hijos respecto de los padres, la constitución de una verdadera cultura adolescente muy atractiva, las dificultades para encontrar un rol económico adulto de producción social, son algunas de las causas. Es fácil reconocer el comienzo de la adolescencia y muy difícil identificar su final. La adultez es un término harto complicado, que se funda en definiciones socioeconómicas antes que en razones psicoemocionales.


— La adolescencia es un fenómeno reciente en la historia humana.

En tiempos no muy lejanos el estatuto social registraba dos posibilidades: niño o adulto. Aun hoy, en clases sociales carenciadas se mantiene este antiguo esquema, en función de las circunstancias económicas. Todavía existen situaciones históricas en que la adolescencia es un lujo imposible de satisfacer.


— La adolescencia es un momento de crisis vital, en que un hijo se enfrenta con varios problemas simultáneos:

asumir el fin de la infancia, elaborar la noción de vejez y futura decadencia de sus padres, despedir a su cuerpo de niño, elegir su posible rol social futuro a través de sus estudios y constituir su identidad sexual.


— El medio social somete al adolescente a un doble mensaje permanente,

en el que la exigencia de crecer y consumir choca con los vetos y prohibiciones, en función de su dependencia. En otras palabras, él puede pero no lo dejan. La ambivalencia de las actitudes de los adultos genera en el adolescente una situación idéntica, con rabia y enfrentamiento, que lo lleva a cuestionar y demandar el acceso a un lugar, un tiempo y un placer lejanos.


—Las crisis historicopolíticas y sus consecuencias sociales han generado varios fenómenos interrelacionados:

dudas acerca de cualquier proyecto vital futuro, búsqueda del placer aquí y ahora y jerarquización del hoy sobre el mañana. El desarrollo desparejo de algunos sectores sobre otros permite observar núcleos de problemática muy diferente, con necesidad de enfoques específicos y propios.

Grupos de pertenencia en los jóvenes

Hasta hace poco tiempo su padre era el héroe, de pronto el adolescente parece restarle importancia y sólo tiene en cuenta lo que dicen sus amigos... Es que necesita

"pertenecer" a un grupo.


Parecen uniformados, se visten del mismo modo, escuchan a los mismos grupos de música, se hacen los mismos tatuajes y en sus carpetas del colegio tienen pegadas calcomanías idénticas.


Los padres de una chica o un chico de catorce años se preguntan, ¿qué le ocurre, de pronto perdió la personalidad tan definida que parecía tener a los doce años? Antes parecía tan original y ocurrente y ahora sigue a una manada de chicos, que para colmo, no resultan simpáticos en la familia.


Por que los jovenes tienen grupos de pertenencia


Los padres deben tener en cuenta que este problema lo comparten todos los adolescentes del mundo. La globalización de la cultura se puede observar en la televisión por cable, donde un chico de la provincia de Entre Ríos -el cable, según las estadísticas, está mucho más difundido en los pequeños pueblos del interior que en la misma ciudad de Buenos Aires- mira a la misma hora el mismo programa que está viendo una adolescente de un país africano, y otros jóvenes de ciudades de Inglaterra, Corea, Italia o Egipto.


La publicidad y la seducción consumista influyen sobre los adolescentes, de modo que, una característica que siempre ha sido natural en los adolescentes, como es la necesidad de pertenecer a un grupo de iguales, hoy está mucho más intensificada por los medios masivos de comunicación. Esta es una razón extra para que los padres sean mucho más comprensivos con sus hijos adolescentes con conductas "uniformadas".


Adolescentes de diferentes países del mundo, y diversas clases sociales, visten jeans, remeras, agujeros en su ropa -espontáneos o intencionales-, aritos en una oreja, comen comida "chatarra" y caminan desgarbados, cuando más alejados de lo esbelto mejor.