— La adolescencia se presenta precozmente, respecto de generaciones anteriores.
El estímulo de los medios de comunicación, la mejor información, la influencia de culturas económicamente más poderosas, la nutrición más adecuada y los cuidados médicos masivos efectivos, son responsables parciales de este fenómeno mundial.
— La adolescencia tiene una culminación y un final más tardíos, en comparación con épocas pretéritas.
La necesidad de estudios prolongados, la mayor dependencia financiera de los hijos respecto de los padres, la constitución de una verdadera cultura adolescente muy atractiva, las dificultades para encontrar un rol económico adulto de producción social, son algunas de las causas. Es fácil reconocer el comienzo de la adolescencia y muy difícil identificar su final. La adultez es un término harto complicado, que se funda en definiciones socioeconómicas antes que en razones psicoemocionales.
— La adolescencia es un fenómeno reciente en la historia humana.
En tiempos no muy lejanos el estatuto social registraba dos posibilidades: niño o adulto. Aun hoy, en clases sociales carenciadas se mantiene este antiguo esquema, en función de las circunstancias económicas. Todavía existen situaciones históricas en que la adolescencia es un lujo imposible de satisfacer.
— La adolescencia es un momento de crisis vital, en que un hijo se enfrenta con varios problemas simultáneos:
asumir el fin de la infancia, elaborar la noción de vejez y futura decadencia de sus padres, despedir a su cuerpo de niño, elegir su posible rol social futuro a través de sus estudios y constituir su identidad sexual.
— El medio social somete al adolescente a un doble mensaje permanente,
en el que la exigencia de crecer y consumir choca con los vetos y prohibiciones, en función de su dependencia. En otras palabras, él puede pero no lo dejan. La ambivalencia de las actitudes de los adultos genera en el adolescente una situación idéntica, con rabia y enfrentamiento, que lo lleva a cuestionar y demandar el acceso a un lugar, un tiempo y un placer lejanos.
—Las crisis historicopolíticas y sus consecuencias sociales han generado varios fenómenos interrelacionados:
dudas acerca de cualquier proyecto vital futuro, búsqueda del placer aquí y ahora y jerarquización del hoy sobre el mañana. El desarrollo desparejo de algunos sectores sobre otros permite observar núcleos de problemática muy diferente, con necesidad de enfoques específicos y propios.
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