Saber que uno está enfermo, sobre todo si la enfermedad reviste cierta gravedad o nos toma de sorpresa, es una experiencia ingrata y, generalmente, desestructurante.
Sin embargo es posible encarar el problema con una actitud positiva, actitud que suele ayudar a resolver mejor la dolencia. Le damos entonces algunos consejos útiles.
Como enfrentar una enfermedad grave
El diagnóstico: Encarar la realidad y aceptar el reto. No quedarse anclado en la terminología médica si no se la entiende. Averiguar los motivos y las posibles soluciones de la enfermedad. No permitir que la verdad nos deprima.
Sin mitos: Algunas enfermedades tienen mala prensa. No tomar como ejemplo las experiencias negativas. Centrarse en las anécdotas esperanzadoras. Saber que las más siniestras perspectivas siempre fueron desmentidas.
Proyectar: Mantener el mismo ritmo de vida, trabajo y diversión. Seguir planificando los días adaptándose a las nuevas situaciones, pero sin modificar las relaciones ni las obligaciones.
Autoexamen: Analizar la vida que se lleva. Modificar malos hábitos. Recuperar la armonía. Deshacerse de la ira y el malhumor.
Equilibrio: Recuperar el control sobre sí mismo. Unirse a grupos de personas que vivan nuestros mismos problemas. Buscar consejos psicológicos.