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Enfrentar una enfermedad

Saber que uno está enfermo, sobre todo si la enfermedad revis­te cierta gravedad o nos toma de sorpresa, es una experiencia ingrata y, generalmente, desestructurante.


Sin embargo es posible encarar el problema con una actitud positiva, actitud que suele ayudar a resolver mejor la dolencia. Le damos entonces algunos consejos útiles.


Como enfrentar una enfermedad grave


El diagnóstico: Encarar la realidad y aceptar el reto. No quedarse anclado en la terminología médica si no se la entiende. Averiguar los motivos y las posibles soluciones de la enfermedad. No permitir que la verdad nos deprima.


Sin mitos: Algunas enfermedades tienen mala prensa. No tomar como ejemplo las experiencias negativas. Centrarse en las anécdotas esperanzadoras. Saber que las más siniestras perspectivas siem­pre fueron desmentidas.


Proyectar: Mantener el mismo ritmo de vida, trabajo y diversión. Seguir planificando los días adaptándose a las nuevas situaciones, pero sin modificar las relaciones ni las obligaciones.


Autoexamen: Analizar la vida que se lleva. Modificar malos hábi­tos. Recuperar la armonía. Deshacerse de la ira y el malhumor.


Equilibrio: Recuperar el control sobre sí mismo. Unirse a grupos de personas que vivan nuestros mismos problemas. Buscar consejos psicológicos.

Factores psicosomáticos en la alergia

Durante las décadas de 1950 y 1960, predominó la idea de que las alergias respondían a un perfil de personali­dad de pacientes con patologías específicas. En el caso del asma bronquial se hacía referencia a rasgos de per­sonalidad infantil y dependiente, en los cuales la míni­ma frustración por parte de los padres "sobreprotecto­res" podía provocar una crisis.


Como afectan los factores psicosomáticos en la alergia


En la actualidad, estas ideas han perdido vigencia, ya que no existen estudios rigurosos que lo confirmen, y pueden incurrir en el error de confundir causa con con­secuencia. Esto es lo que ocurre cuando, por ejemplo, un cuadro crónico, como lo es el asma, genera modificacio­nes en el entorno familiar, que se vuelve sobreprotector, debido a los cuidados que deben ofrecerle al enfermo, so­bre todo, durante las crisis que padece.


Sin embargo, en el tipo de asma alérgica el factor psicologico es sin lugar a dudas uno más de los determinantes, aunque es importante destacar que en los cuadros pseudoa-lérgicos -es decir, en los que no se detecta claramente un alérgeno, como podría ser el polvo- es conveniente desarro­llar bajo la supervisión de un especialista una "estrategia diagnóstica", que incluya el perfil de la personalidad, histo­ria previa de conflictos y factores condicionantes actuales.


Una vez que se efectuó el examen mencionado, la te­rapéutica aplicada podrá incluir técnicas de relajación, y psicoterapia individual psicoanalítica que no excluye recursos cognitivos, es decir, el reaprendizaje de com­portamientos que ayuden a prevenir y enfrentar las si­tuaciones estresantes.